El historiador 3.0

Como creo que es evidente para todo el mundo, estamos en una situación de crisis y no me refiero a la económica. Crisis significa cambio, y a poco que estés atento te das cuenta que los cambios son múltiples, mareantes, casi inabarcables.

Pero no nos preocupemos, por lo general, (y remarco lo de general), la gente de Humanidades con ignorar la realidad nos va tan ricamente. Y se nos llena la boca de hablar de lo mal que está el mundo, de lo poco que se nos respeta y un largo etcétera que todos conocemos. Ejemplo de ello es la llegada del libro electrónico. Muchos, lejos de ver sus enormes posibilidades, se atrincheran en su libro de papel pensando que de alguna manera así guarda las esencias y la cultura. Me imagino que cuando Gutenberg inventó la imprenta tendría que vencer similares reticencias. Y cuando el ebook despega con fuerza, cuando los smartphones y demás soportes tecnológicos multiplican los canales de cultura casi hasta el infinito y más allá, los de humanidades no hemos colaborado en ningún momento a mejorar y a colaborar en esto del libro electrónico. Así pasa, que las ediciones son mortalmente malas en muchos casos. Pero mejor criticar que hacer un curso de edición electrónica, por básico que este sea, y Dios nos guarde de hablar con el enemigo, el informático. Espabilemos, entremos de lleno en la edición digital, porque con ello ganaremos todos.

Y es que no es ya algo como la edición digital. Es que muchos de nosotros no sabemos hacer ni lo básico con Office. Cuando entrego un documento lo suelo pasar a PDF, algo tan simple que muchos sabrán pero que otros se estarán enterando ahora mismo. Y es que el mundo académico de la parte de ciencias ya va por el LaTex. Y ya no hablemos de HTML o Python... y hablo de tener nociones de ello. Establecer un marco donde el historiador y el programador puedan entenderse y hacer posible un producto cultural en red de de calidad.

Los ejemplos de ello son infinitos. Pensemos en que nos queremos enfocar hacia la enseñanza. Aquí el síndrome de los poetas muertos hace estragos. Muchos aún sueñan con pizarras y viejos manuales queriendo volver a la supuestamente sólida educación del pasado. Y es que la realidad ya va mil pasos por delante: ya no hablamos ni de la PDI, es que ya andamos por la educación online. Ya estás tardando en aprender los fundamentos de Moodle y todo lo que ello conlleva. Es que el libro de texto digital ya está aquí y tus alumnos necesitarán que te adecúes a ello.

A día de hoy hacer cualquier carrera de espaldas a la red es un suicidio.  ¿Qué excusa se puede para no hacer un curso on line en Harvard o en Stanford o elegir entre los que nos ofrece Coursera? ¿Cómo plantear un trabajo académico sin acudir a la red? ¿No será mejor conocerla que vilipendiarla o utilizarla sólo para leer el MARCA? En definitiva y en palabras de Juan Luis Suárez, debemos encaminarnos hacia la alfabetización digital, y para mañana es tarde añado yo.

La gran pregunta de para qué vale una persona en humanidades tiene mil respuestas satisfactorias. Como puedes ver aquí, Google va a contratar en los próximo años a 4.000 doctores, pero no 4.000 cualquiera. Ellos buscan, y cito el artículo:

¿Qué es lo que encuentra esta compañía en las humanidades que no están viendo los demás? “Se han dado cuenta de que no pueden poner todo su esfuerzo exclusivamente en los ingenieros. Necesitan la parte social. Necesitan estudiar la empatía, la emoción y la cultura en un mundo más global”

Pero reitero que para eso necesitamos aprender al menos los rudimentos de su lenguaje.

El cambio ya se está produciendo. Los humanistas resistentes a ello no podrán mantenerse mucho más tiempo en su torre de marfil. Si no actúan, llegarán otros perfiles que tomarán su lugar.

Recomiendo muy mucho el visionado de un video del citado Juan Luis Suárez ,que podéis ver aquí, Profundiza mucho y bien en los tema que estamos tratando.

Porque, y eso daría para otro post, debemos meternos una cosa en la cabeza guste o no guste. Debemos generar productos útiles para la sociedad, debemos generar valor. No podemos pedir que nos retribuyan sin ofrecer nada a cambio. Con ello no estoy diciendo que, como ocurre ahora, por nuestros conocimientos nos den sueldos para los que la palabra miseria se queda corta. Pero para que se nos respete debemos profesionalizarnos al máximo y no sólo en nuestro campo. De esta manera la sociedad también nos pondrá en valor.

¿Y con todo ello conseguiremos trabajo seguro? Rotundamente os diré que no, que depende, pero todavía nos debe quedar más claro que si no lo hacemos es cuando nuestras posibilidades serán nulas.


Siento si he sido muy duro y os dejo muy claro que yo soy el primero que lucha a brazo partido por no quedarse atrás, que sufre vértigos con sólo oír hablar de etiquetas HTML, pero las opciones son pocas. Susto o muerte, nunca mejor dicho con Halloween tan cerca. Fiesta, por cierto, que en España tiene tanta tradición como celebrar el día de San Patricio, pero ése es otro tema.

Mucho ánimo a todos.

Comentarios

  1. Roberto, tienes más razón que un santo. Pero también es cierto que los cantos de sirena de las TICs pueden hacernos perder el norte.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Ariel, si no te molesta que te conteste yo (el ingeniero de teleco de a bordo), me temo que para el tratamiento de la información, casi en cualquier plano, el futuro será basado en las TIC, o no será... Cuando conocí a Roberto era muy escéptico al respecto, y ahora predica lo crítico que es. Lo que si es preciso reconocer es que, incluso para gente de mi perfil, avanza tan rápido que es difícil seguir el ritmo; por tanto, los técnicos debemos facilitar lo más posible a todo el mundo el poder salvar la brecha digital, ya que es un win-win.

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