Excalibur en el Camino de Santiago

El género humano tiene, para saber conducirse, el arte y el razonamiento.
Aristóteles

No, no me acabo de bajar de “la nave del misterio” ni nada parecido. Simplemente he estado de visita, una vez más, en la bonita ciudad de Burgos. Tenía pendiente hace tiempo una excursión, que al fin he podido llevar a cabo, a uno de los patrimonios de la humanidad situados en sus cercanías: Atapuerca. El pequeño pueblo da nombre a una sierra que alberga unos tesoros de valor incalculable y constituye el eslabón perdido, nunca mejor dicho, entre ambos conceptos.

Reconstrucción de
hembra de homínido
La sierra de Atapuerca es un punto de paso natural entre las últimas estribaciones del sistema Ibérico y las de la cordillera Cantábrica. Por tanto, es lógico que sea un lugar de tránsito obligado, como atestigua la presencia de la ruta jacobea en la misma, muy próxima a los yacimientos. Puesto que también une las cuencas fluviales del Duero y el Ebro hay presencia de agua, y por tanto, de fauna y flora. Por tanto, para un asentamiento humano sólo nos falta una cosa más: un hogar. Y puesto que se trata de un terreno calizo y hay presencia de agua, obtenemos un paisaje kárstico, en cuyas cuevas se refugiaron hace cientos de miles de años nuestros remotos ancestros.

La sierra fue usada durante mucho tiempo como cantera debido a las características de la caliza, y las cuevas eran conocidas por los habitantes de la zona; incluso fueron visitadas por el mismo Carlos I. Lógicamente, no podía saber el emperador de la importancia de los secretos que se ocultaban en las mismas. Tampoco lo sabían los británicos cuando decidieron atravesar la sierra con un ferrocarril destinado a llevar carbón desde el sur a las industrias vascas; aunque no era a priori la mejor ruta, decidieron que podían matar dos pájaros de un tiro y aprovechar para continuar la extracción de caliza. La trinchera excavada al efecto dejó al aire varias de las simas y cuevas de la zona, y posiblemente hizo que se perdieran parte de los restos arqueológicos ocultos en las mismas; en todo caso, no fue hasta los años 60 cuando se encontraron los primeros restos de homínidos.

Interior del museo
No pretendo entrar en detalle con toda la historia de las excavaciones y restos encontrados, ya que nos daría para mucho; de hecho, la visita a los yacimientos no tiene sentido sin los estupendos guías, ya que si no somos expertos no sabremos qué estamos viendo. Pero es ahí, en el mayor yacimiento de fósiles humanos del mundo encontrado hasta la fecha, donde se obtiene el contexto que nos servirá para el resto de la jornada y podremos entender los indicios que indican la existencia de canibalismo o la singularidad del Homo Antecessor.  Tras esto, resulta curioso y divertido, especialmente para los niños, visitar el parque arqueológico donde se explica al visitante cómo el hombre primitivo, (que, como suelo decir, era primitivo pero no gilipollas), fabricaba sus hachas de mano, hacía fuego, cazaba o hacía pinturas rupestres. Por cierto, que en caso de apocalipsis nuclear, puede ser buena idea formar grupo con los guías, que estas cosas se les dan bastante bien. Por supuesto, de vuelta a Burgos, se remata la expedición con la visita al museo de la evolución humana. Les recomiendo que peguen una visita a la página web: sencilla, sin estridencias y donde se localiza todo rápidamente. Es en el museo, cómodo, moderno y bien organizado, donde podremos ver muchos de los hallazgos, aprender más sobre la evolución biológica y cultural de nuestra especie, y, sobre todo, conocer (aunque no fotografiar) algunas de las joyas de la corona de Atapuerca: Miguelón, Elvis y Excalibur.

Miguelón
Elvis, la pelvis
Miguelón, encontrado en 1992 y bautizado así en honor a Miguel Indurain, es el cráneo más completo hallado hasta la fecha de un Homo Heidelbergensis. Además del valor de ser tan completo, nos da una buena pista sobre los lazos sentimentales de estos antepasados, ya que presenta los restos de una infección dentaria y ósea que fue la causa de su muerte y que le impediría masticar los alimentos; por tanto, durante el tiempo en que se desarrolló la misma, estimado en varios meses, tuvo que ser alimentado por el resto de su tribu. Por su parte, Elvis, la pelvis, así bautizada por razones obvias para los aficionados a la música del rey y encontrada en 1994, es también una pieza casi completa, y por tanto, única hasta la fecha, de un macho adulto de la misma especie.
Excalibur
Y mi favorita, Excalibur. Homónima de la legendaria espada extraída de la piedra por el rey Arturo debido a su belleza, es una preciosa bifaz de cuarcita roja encontrada en 1998 en la Sima de los Huesos (en todo caso, sigo pensando que habiendo sido encontrada tan cerca de Burgos debería haber sido llamada Tizona). Se trata de una pieza crucial debido a que la acumulación de cuerpos de homínidos en la sima se considera intencionada, siendo la primera de la que se tiene constancia. Ya que es particularmente bonita y la única herramienta encontrada en la misma, Excalibur podría ser la ofrenda funeraria más antigua conocida, lo cual implicaría, además de la existencia de lazos sentimentales que nos permite suponer Miguelón, la presencia de algún tipo de creencia en el más allá hace unos 350.000 años.

En resumen, entre los cientos de tesoros históricos que abundan en la península ibérica, contamos también con uno de valor incalculable sobre los tiempos en que la humanidad aun no se había desperezado. Además de visitar la grandiosa catedral gótica o el monasterio de las Huelgas, obligatorios para los interesados en una edad Media de la que la ciudad tanto se enorgullece, en Burgos es obligatoria una mirada al pasado remoto en la que tomaremos consciencia de la naturaleza del hombre .

Las imágenes de las piezas importantes han sido obtenidas de la página atapuerca.tv, ya que no se permite fotografiarlas.

Juan.

Comentarios

Entradas populares